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Nuevas Tecnologías

Comunicación interpersonal en Internet: Interacción en el IRC (Chat)

por Gustavo Raúl Sain

Surgimiento del IRC como nueva forma de comunicación
La historia del IRC (Internet Relay Chat) comienza a mediados de la década del 60 en los EEUU, una época donde la informática era un área experimental en el ambiente científico e internet el sueño de los que imaginaban una conexión mundial de computadoras. Los primeros intentos de interconexión se establecieron a través de los llamados BBS (Bulletin Board System o Sistema de Tablón de Anuncios) un medio de transmisión de datos donde sus usuarios podían comunicarse entre sí en tiempo diferido a través del ordenador. El BBS constituyó el primer medio de comunicación digitalizado de la historia e inauguró el surgimiento de las llamadas “comunidades virtuales”. A través de un módem y una conexión telefónica, los abonados a este servicio podían enviar mensajes a otros usuarios -mediante un sistema de mensajería similar al E-Mail-, descargar ficheros para la instalación de software y acceder a “forums”, un servicio donde se podía obtener información relacionada sobre diversos temas. En 1988, Jarkko Oikarinen, un estudiante de ingeniería electrónica, administrador de Oulo-Box, la BBS del Departamento de Ciencias de Procesos de la Información de la Universidad de Oulu, en Finlandia, se le ocurrió diseñar un sistema de charla “on line” (en tiempo real) para los usuarios de la BBS, basándose en un programa creado por el finlandés Jukka Phil, llamado MUT (Multi User Talk o Sistema Multiusuario de Charla) por el cual las diferentes personas podían comunicarse entre sí en forma simultánea. Si bien este programa brindaba la posibilidad del intercambio presente, su limitación básica radicaba en que las charlas se realizaban por intermedio de un solo canal, evitando la posibilidad de que más de dos personas pudieran comunicarse entre sí al mismo tiempo. El trabajo de Oikarinen entonces, estuvo basado en ampliar la cantidad de canales para crear un nuevo medio de comunicación interactivo y grupal. Una vez unidos los conceptos de “canales múltiples” y de comunicación “on line” se dio origen al IRC como nuevo medio de comunicación interactiva. Para que el programa adquiriera difusión, Oikarinen logró instalarlo en universidades finlandesas y suecas y en ciudades del sur de Finlandia. Los primeros servidores fuera de Escandinavia aparecieron en EEUU, en las ciudades de Denver y Oregon. Los usuarios de estos servidores podían chatear con usuarios de Finlandia y Suecia, dando inicio a las primeras “charlas” intercontinentales de la historia. Pero el uso de las redes IRC comenzó a ganar popularidad con la apertura comercial de Internet y el consecuente ingreso masivo de usuarios de todo el mundo. Dos acontecimientos históricos contribuyeron en este proceso; 1) La Guerra del Golfo de 1991; por la cual los usuarios de la web se conectaban a las redes IRC para obtener información “on line” de los últimos acontecimientos ocurridos, y segundo 2) El desmembramiento de la antigua Unión Soviética en 1993, tras un golpe de estado producido ese mismo año. A partir de ese momento los servidores del mundo vieron en esta particular forma de comunicación una buena fuente de ingresos.
La popularización del IRC produjo el surgimiento de programas “amigables” para acceder a las redes de IRC. Estos programas se denominan “clientes” y para que la comunicación se establezca correctamente deben estar conectados a un servidor. En Julio de 1996, ocho años después de la creación del IRC, cuatro jóvenes israelíes fundan su propia empresa con el objetivo de brindar a los diferentes usuarios de chat un programa acorde a sus necesidades. La empresa Mirabilis Inc. lanza al mercado cuatro meses después de su fundación, la primera versión del ICQ (I Seek You, algo así como “Yo te busco”) el programa más utilizado de la red en la actualidad, iniciando una técnica novedosa de localización y comunicación en internet. Recién en 1998, cuando la compañía América On Line adquirió las propiedades de Mirabilis surge ICQ Inc; la empresa más grande proveedora de sofware de IRC del mundo.

Formas de comunicación por Internet: Usos y características de los medios de comunicación virtuales y su comparación con el IRC
El desarrollo y la popularización de Internet durante la década del 90 ofreció a los usuarios de PC´s formas de comunicación alternativas a las desarrolladas por los medios de comunicación tradicionales. Dos fenómenos favorecieron este proceso; 1) la digitalización, que permitió la fusión de diferentes soportes como texto, imágenes y sonidos en un mismo sistema y la manipulación y el procesamiento de los mensajes; 2) y la interactividad, que brinda la posibilidad a usuarios conectados en red interactuar entre sí a través de estos medios de comunicación. La comunicación basada en elementos materiales se complementó con el surgimiento de estos nuevos medios de comunicación virtuales, que si bien difieren en sus características principales, intentan brindar una analogía con el mundo real y facilitar la labor del usuario en la interacción con sus pares dentro de la red.
El chat como medio de comunicación virtual surgió como consecuencia de la fusión entre el sistema de mensajería de las BBS y un programa llamado MUT o TALK, en el cual se podía establecer “charlas” entre dos usuarios. Al igual que los medios de comunicación tradicionales, el surgimiento de estos nuevos sistemas virtuales se produjo utilizando como punto de partida tecnologías ya vigentes. El chat no fue la excepción, y si bien estuvo basado en otros programas, también sirvió como punto de partida para la creación de otros medios de comunicación en la red.
Los medios de comunicación virtuales se clasifican de acuerdo a los tiempos de transmisión que poseen dentro de la red. Están los medios de comunicación en tiempo real u “on line” que ofrecen una interacción simultánea entre sus participantes (el chat, la webtelefonía, la videoconferencia) y los medios de comunicación en tiempo diferido, que no requieren de la presencia física de sus usuarios en el momento de transmisión (el E-Mail o correo electrónico y las listas de discusión). La diferencia que presentan con los medios de comunicación tradicionales es la utilización de un único medio de transmisión para su funcionamiento, el ordenador, siendo la pantalla o monitor su soporte básico. La imagen de tipo digital ofrece una representación virtual (inmaterial) de estos sistemas que hacen que no sean más que una suma de bits (unidades mínimas de información) o pixels (unidades mínimas de imagen). En el caso de los medios de comunicación tradicionales, éstos se diferencian entre sí no sólo por la naturaleza de sus mensajes (auditivos, visuales o táctiles) sino también por los diferentes soportes materiales que utilizan. Los medios de comunicación virtuales no son más que programas específicos que permiten a sus usuarios desarrollar diferentes funciones con el objetivo de establecer un contacto con otros usuarios a través del ordenador, en donde la imagen de los mismos (su forma, sus características principales) es la base de toda comunicación en red.
Pero ¿cuáles son los medios de comunicación virtuales más utilizados de la red en la actualidad y cuáles son las diferencias que presentan con el IRC? Para responder a este interrogante comencemos describiendo las características del chat como medio de comunicación virtual. El IRC o chat es un sistema de mensajería por el cual los internautas “hablan” entre sí a través del teclado dentro de una “sala” de conversación. Cada sala se organiza de acuerdo a una determinada temática y permite el intercambio simultáneo entre sus participantes. El requisito básico para poder ingresar a un canal es la elección de un apodo o “nickname” por parte de sus usuarios para su reconocimiento dentro de la comunidad. El “diálogo” se organiza en pantalla en forma ordenada donde los comentarios nuevos aparecen en la parte inferior del monitor y los más viejos hacia la parte superior del mismo. La conversación continúa moviéndose literalmente de arriba hacia abajo mientras el usuario observa. Dentro de esta modalidad, el IRC brinda la posibilidad al usuario de “hablar” con varias personas a la vez o si éste lo desea, por lo caótico y dificultoso que resulta, hacerlo en forma privada con alguno de los participantes. Con respecto a la cantidad de usuarios, el chat no posee límites máximos ni mínimos. Los requisitos fundamentales para poder utilizar este servicio son los de tener instalado un programa “cliente” en el disco rígido y estar conectado a un servidor de la red.

Sala de chat
El E-Mail o correo electrónico es un sistema de mensajería que intenta establecer una analogía con el tradicional correo postal. El correo electrónico, al igual que el IRC, permite a sus usuarios enviar mensajes escritos a diferentes partes del mundo con la diferencia que el destinatario no necesita encontrarse “en línea” al momento de transmisión. El contacto entre sus usuarios se establece mediante la asignación de diferentes direcciones de correo electrónicas (de tipo alfanuméricas) para la emisión y recepción de mensajes. El programa de E-Mail más utilizado de la red es el Outlook (“perspectiva” en inglés), diseñado con el objetivo de hacer del intercambio algo similar al correo postal tradicional a partir del uso de ciertas aplicaciones; mails que se llegan al “buzón” de entrada en forma de “sobres”, archivos que se adjuntan a los mensajes con “clips”, la posibilidad de enviar copias “carbónicas” -utilizado antiguamente al editar una carta- etc. La diferencia fundamental que presenta el correo electrónico con el IRC está establecida por el tiempo de transmisión del sistema. La comunicación en tiempo diferido desarrollada por el correo electrónico transforma a éste en un medio menos dinámico e interactivo que el chat. La existencia de diferentes direcciones preasignadas entre sus usuarios, a su vez, hace que este sea un medio más personalizado, transformándolo, a diferencia del chat, en un sistema de comunicación privado. Si el propietario de una casilla de mail no brinda su dirección a aquellas personas que deseen comunicarse con él, no existe posibilidad de localización alguna en bases de datos; dentro de una sala de chat, en cambio, con un sólo clic en el nickname de uno de sus participantes se puede establecer una comunicación instantánea con éste. Otra diferencia que presenta el E-Mail en relación al IRC es la posibilidad de incorporar a los mensajes archivos “adjuntos” de imágenes y sonido importados de alguno de los discos del ordenador, cuestión no permitida en la mayoría de los canales de chat por una cuestión de seguridad y velocidad de la comunicación.
Similares características del correo electrónico poseen las listas o foros de discusión. Estos medios de comunicación virtual están compuestos por un grupo de personas que, en base a ciertos intereses, intercambian opiniones y discuten entre sí sobre determinados temas dentro de una lista. La comunicación se efectúa en tiempo diferido y se garantiza cuando los mensajes enviados por cada uno de los usuarios son distribuidos entre todos los miembros a través de su casilla de mail. Para formar parte de estos grupos, los individuos deben suscribirse a la lista enviando sus datos a un servidor determinado que, de acuerdo a las características del servicio, informará al interesado acerca de los temas, requisitos y condiciones de incorporación. A diferencia del chat, estos medios se caracterizan por la existencia de ciertas “normas de convivencia” a las que los individuos deben adaptarse para pasar a formar parte de la “comunidad”. En general éstas hacen alusión a diferentes prohibiciones como las de utilizar un lenguaje obsceno o lesivo que pueda afectar a los miembros de la lista, la adjunción de archivos de imagen, o el alejamiento de la temática de discusión. Para el cumplimiento de tales reglas existen diferentes moderadores que administran el intercambio entre sus participantes con el objetivo de mantener la integridad de la comunidad frente a ciertos riesgos que pueden poner en peligro su continuidad. La existencia de ciertas normas y reglas y de moderadores del “diálogo” hace que el intercambio sea más organizado y productivo que en el caso del chat. Otra de las diferencias que presenta con respecto al IRC, es el fiel sentido de pertenencia al grupo que demuestran los miembros de una lista en relación a sus pares. Dentro de las salas de chat las conversaciones que establecen sus los integrantes por lo general son efímeras, fortuitas, sus miembros no poseen restricciones para su ingreso y no requieren de un medio personalizado como el E-Mail para poder relacionarse con el resto de los usuarios.
Otros medios de comunicación presentes en la red son la webtelefonía y la videoconferencia. La webtelefonía es un sistema que permite, al igual que el telefonía tradicional, establecer una comunicación entre personas mediante la voz de los participantes. Al mismo tiempo en que se habla estos programas brindan la posibilidad de enviar y recibir archivos estableciendo una conexión punto a punto entre sus usuarios. Al igual que el chat, la webtelefonía permite establecer teleconferencias entre sus usuarios ya que utiliza las redes de IRC para transmitir sus mensajes. Una de las diferencias que posee con el sistema telefónico tradicional es la posibilidad de establecer diferentes contactos sin necesidad de disponer de numeraciones telefónicas. Al igual que el chat, basta que esa persona esté “on line” dentro de una sala para seleccionarla de la lista e iniciar una conversación. El programa de telefonía más utilizado de la web es el Internet Phone y para su uso las computadoras deben estar equipadas con plaquetas de sonido, micrófonos para el ingreso de la voz y auriculares para la recepción de mensajes. Este servicio se utiliza habitualmente para establecer comunicaciones a distancia y su uso es informal más que para cuestiones laborales o institucionales. A diferencia de los medios de comunicación virtuales descriptos anteriormente, la webtelefonía incorpora como elemento fundamental de comunicación la voz de los participantes en el transcurso de la interacción, dando lugar a un contacto más directo entre sus participantes a partir de la incorporación de este indicio de subjetividad. Por otro lado notamos que si bien el espíritu de la webtelefonía se asemeja al del IRC con respecto al dinamismo en la interacción, la presencia del habla como vehículo comunicacional limita la eficiencia de la interactividad con respecto a establecer conversaciones simultáneas con un gran número de participantes.
Pero si algo le faltaba a la webtelefonía era la imagen de los interlocutores en el momento de la comunicación. Para ello, bastó con sumarle la transmisión de video a esta tecnología para dar origen a la videoconferencia. La videoconferencia es un sistema de comunicación que transmite imágenes fijas, sonidos y texto a través del ordenador, surge históricamente como una estrategia dentro del mercado de la información para que las diferentes empresas puedan comunicarse entre sí de manera económica y efectiva, ahorrando costos de tiempo y traslado. Con el uso de esta tecnología, personas que no comparten un mismo espacio físico tienen la posibilidad de llevar a cabo diferentes reuniones como si estuvieran en un mismo lugar mediante la utilización de una “Webcam” (cámara de video para Web), micrófonos y parlantes. Los requisitos para poder utilizar esta tecnología son las tener instalado el programa cliente adecuado en el disco rígido y plaquetas de audio y de video en el CPU. Además de imagen, sonido y texto, esta tecnología brinda la posibilidad de incorporar a la sesión diferentes imágenes reproducidas como tele-anotaciones que aparecerán superpuestas a las imágenes fijas. Su uso principal es de tipo laboral y educativo ya que habitualmente es utilizado para la reuniones empresarias, seminarios entre instituciones educativas, cursos de educación a distancia y telemedicina, entre otras cosas. Si bien brinda la posibilidad a los usuarios de establecer comunicaciones simultáneas, la transmisión de imágenes requiere una mayor cantidad de información (bits) que el texto escrito. Por eso la velocidad del medio va a depender fundamentalmente de la capacidad de las redes de transmisión (ancho de banda) y la calidad de los equipos disponibles. En el chat, la naturaleza escrita de los mensajes hace que la interactividad sea óptima entre sus participantes. Además, las imágenes transmitidas por la videoconferencia son fijas, evitando la sensación de movimiento real entre sus participantes, por lo que podemos concluir que la videoconferencia se presenta como un medio menos veloz e interactivo que el chat.

Interacción en el IRC: Análisis comunicacional
Una vez descriptas las características principales de los medios de comunicación de la Web y su comparación con el IRC, vamos a adentrarnos en el análisis del chat como medio de comunicación virtual. Para tratar de describir sus características principales se van a utilizar a lo largo de este análisis diferentes conceptos extraídos del campo de la etnometodología, una corriente de pensamiento sociológico que a diferencia de la sociología tradicional, estudia los hechos sociales a partir del análisis subjetivo de las situaciones cotidianas. Considerada como la sociología de la vida cotidiana, el punto de partida de todo análisis etnometodológico son las “microestructuras sociales”, su objeto de estudio son los elementos del sentido común, “lo que todos saben” y planteando la ruptura del equilibrio en situaciones que se presentan como “normales”.
El punto de partida de nuestro análisis es el de definir al chat como espacio de interacción. Para ello resulta pertinente citar los conceptos de desarrollados por el sociólogo norteamericano Erving Goffman, miembro de la Escuela de Chicago, quien desde el campo de la etnometodología considera a las interacciones sociales como los átomos de la sociedad. Según este autor, la sociedad no es mas que un conjunto de interacciones que se manifiestan en diferentes situaciones sociales. Cada estructura se encuentran auto-organizada de acuerdo a ciertas normas y reglas que configuran sus características principales; “las interacciones constituyen la trama de un cierto nivel del orden social, porque están fundadas en reglas y normas al igual que el conjunto de instituciones por las cuales se organiza la sociedad (la familia, la escuela, el estado, etc.)[1]. Éstas normas y reglas actúan como mecanismos autorreguladores estableciendo un orden en toda situación social, “el orden de la interacción”, el campo de análisis autónomo en el cual desarrolla su examen. La existencia de una normativa en las diferentes situaciones sociales no significa, desde la perspectiva de Goffman, que los individuos deban someterse a ellas como algo sagrado e inmutable. “Referirse a las formas de vida relativamente autónomas en el orden de la interacción no significa considerarlas algo previo, fundamental y constitutivo de la forma de los fenómenos macroscópicos (...) tampoco significa referirse a algo inmutable. Todos los elementos de la vida social tienen una historia y están sometidos a cambios críticos en el tiempo, y ninguno de ellos puede entenderse del todo sin hacer referencia a la cultura en la que se produce”[2].
Para Goffman “la interacción social puede definirse como aquella que se da exclusivamente en las situaciones sociales en las que dos o más personas se hallan en presencia de sus respuestas físicas respectivas”[3].Como se describió anteriormente, el chat es un medio de comunicación en el cual los individuos interactúan entre sí por medio del ordenador. Si bien para Goffman la interacción social puede definirse como aquella que se da exclusivamente en las situaciones en las que los individuos comparten un ambiente común, los sistemas de comunicación a distancia representan una versión reducida de esta realidad.
En la historia de las teorías comunicacionales fueron los enfoques psicosociológicos los encargados de poner en evidencia el hecho de que la comunicación era un fenómeno sometido a un sistema de reglas. Las reglas son estatutos y exigencias culturales implícitos de comportamiento social que constituyen una fuerza que ciñe la vida de cada uno. Existen reglas de diferentes niveles: reglas conversacionales, reglas normativas, reglas lingüísticas y reglas rituales. Las reglas conversacionales se expresan a través de la noción de “contrato de comunicación”, éste se establece cuando los participantes de la comunicación se ponen de acuerdo sobre cierto número de reglas y de principios implícitos que volverán el intercambio posible. En estos casos la comunicación se define por el tipo de relación “pactada” entre sus participantes. Las reglas normativas, en cambio, tienen un carácter prescriptivo, los miembros de una comunidad están sujetos a ciertas obligaciones que condicionan las relaciones con sus pares. Las reglas lingüísticas, por su parte, hacen alusión a los sonidos, palabras y sintaxis de una lengua determinada mientras que las reglas rituales constituyen el sistema convencional de prescripciones y proscripciones propias de cada cultura que se designan corrientemente como los usos, la cortesía y el buen trato.
Dentro del IRC, las reglas conversacionales pueden ser de carácter implícito o explícito y se determinan de acuerdo al tipo de interacción desarrollada por los individuos dentro de una sala de conversación. A diferencia de las listas de discusión, la mayoría de las salas de chat no imponen reglas de interacción a sus participantes ni moderadores que “controlen” los diálogos, la mayoría de los servidores exponen una serie de pautas orientadoras a todo aquel que quiera ingresar al canal; algunas de ellas son: la no toleración de insultos o agravios a los miembros de la comunidad, la publicación de datos confidenciales de terceras personas, o el envío de archivos adjuntos que puedan afectar el hardware de los participantes o del mismo canal. Tales normas de comportamiento actúan como mecanismos reguladores y su cumplimiento está supeditado al tipo de interacción desarrollada por los individuos en el transcurso de la conversación. El único requisito obligatorio que posee el chat es la elección de un apodo o “nickname” por parte de sus participantes, éste determina la presencia del usuario dentro del canal y es a partir de su elección cuando una persona es reconocida por el resto de la comunidad virtual. La elección de un “nickname” oculta la verdadera identidad de un usuario bajo el escudo del anonimato ya que las relaciones entre los individuos se encuentra limitada al intercambio de palabras escritas que nada informan acerca de los rasgos personales de los usuarios. Es justamente esta seguridad que brinda el chat a sus usuarios donde reside el éxito actual del medio dentro de la web. Durante años, las empresas que incursionaron en internet trataron de mostrar al chat como un medio de expresión seguro, libre y universal donde los individuos pueden manifestar lo que quieran sin ningún tipo de restricción ni diferenciación social. Los individuos, sin el tono de voz, gestualidad y otros rasgos subjetivos que brinden indicios de su presencia detrás de la pantalla, manifiestan conductas que en determinadas situaciones de la vida cotidiana no manifestarían por los riesgos que implica el contacto “cara a cara”. Por otro lado, si bien los diferentes canales se constituyen de acuerdo a una determinada temática, la mayoría de los servidores utilizan como referencia ciertas preferencias propias de los participantes habituales. Éstas actúan a modo orientativo (por gustos, edades, temas generales, etc.) y establecen un perfil no específico de usuario. La ausencia de reglas específicas y de moderadores en la conversación brinda la posibilidad a los individuos, a su vez, de alejarse de la temática preestablecida y de establecer diálogos en privado con otros usuarios, sin tener en cuenta el tema de discusión presente en la sala.
Con respecto a las reglas lingüísticas, las pautas de escritura propias de cada lengua pueden adaptarse o no a la normativa vigente de acuerdo al tipo de relaciones establecidas dentro de un canal. En el caso de las comunicaciones en las que intervienen dos o tres personas, la utilización de reglas ortográficas y el respeto por el turno del otro generalmente se condicen con las prácticas habituales. Cuando interviene un mayor número de personas, el mantenimiento de tales reglas se dificulta, ya que la interacción es mucho más caótica que en los casos anteriores, provocando faltas ortográficas, palabras sin significado y la falta de la distribución de turnos en la conversación. Por otro lado, existen en el mundo del chat la utilización de técnicas escriturales que tienen como objetivo de tornar el diálogo más informal y divertido entre los participantes. Una de ellas es la de modificar la construcción morfológica de las palabras sin alterar su pronunciación fonética, por ejemplo; “t kiero en mi kultura. Mr. k”. Mr. K, según su nick, utiliza la letra k para expresar su discurso. Otra de las técnicas es la de transcribir diferentes sonidos onomatopéyicos para expresar sensaciones o simular la presencia de objetos en la conversación, por ejemplo, “mmmmmmmmmmmmm… que querés decir con eso?” “zzzzzz, zzzzzz, zzzzzz, me duermo…”; “run, run… me voy en mi Cadillac”. La mayoría de las veces estos recursos son utilizados por los chateros como una estrategia para agradar a sus interlocutores en el transcurso de la conversación. Estas prácticas demuestran a su vez el rasgo principal de la escritura electrónica, su carácter oral. La presencia del destinatario al momento de emisión obliga a los individuos a adaptar su discurso bajo los parámetros de una situación compartida, a modo de diálogo ya que la habitual “distancia” del receptor en la elaboración de un discurso escrito se encuentra condicionada por el contacto virtual brindado por este medio. En relación a este tema existen también una serie de recursos gráficos y sonidos brindados por algunos servidores que acompañan las frases de los usuarios. Caras, objetos gráficos varios y ruidos de todo tipo hacen que la habitual uniformidad de la escritura se transforme en algo interactivo por la presencia de estos elementos multimedia.
Acerca de la existencia de determinados códigos, dentro del chat se presentan situaciones análogas a las que se suceden en la vida real. Una de ellas esta relacionada con la ignorancia que demuestran los veteranos de la IRC con los recién ingresados al mundo del IRC. Una actitud rechazada por los habitués de este medio es la incapacidad de detectar las necesidades del otro a partir de la elección de su “nickname”. El nickname no sólo brinda información acerca de la persona que se encuentra detrás de la pantalla sino que también ofrece indicios sobre el propósito de la misma al ingresar a una sala. Por ejemplo, es muy común encontrar en algunos canales temáticos el apodo “Lavanda”, que según una historia conocida por la mayoría de los navegantes Lavanda era una dama que un día conoció al amor de su vida navegando por Internet. Si alguna persona interesada en dialogar sobre algún deporte escoge esta persona, seguramente será rechazada por la misma, ya que su interés pasa por lo que sugiere su “nickname”. Otras conductas desaprobadas son aquellas que tienden a afectar la integridad de los participantes en el transcurso de la interacción. Existen personas que ingresan a las salas de chat con la única finalidad de insultar o burlarse de sus miembros. En aquellas salas donde sus miembros demuestran un alto grado de pertenencia al grupo, estos individuos son expulsados simbólicamente de la conversación a partir de la ignorancia de sus integrantes. Si bien sus integrantes no tienen la posibilidad de prohibir “técnicamente” el ingreso de un usuario al canal, pueden establecer un “pacto” entre sí con el objetivo de ignorar a estos individuos una vez detectada su finalidad. Por último, existen determinados códigos implícitos que, según los mas experimentados, se deben conocer a la hora de establecer relaciones virtuales. El primero de ellos es el de no utilizar el nombre verdadero como “nickname” al momento de ingresar a una sala, el segundo es de no brindar la dirección de correo electrónico -mucho menos la verdadera-, y por ultimo no concertar encuentros “cara a cara” con personas que se conocen a través del Chat ya que “nunca se sabe quien se encuentra detrás de la pantalla”.
Por último existen las reglas rituales. En palabras de Goffman, los rituales constituyen un sistema convencional propio de cada cultura que se designan usualmente como los usos, la cortesía y el buen trato, y a los que conviene plegarse si no queremos ver la comunicación perturbada. Los ritos “formalizan” la actividad social y expone que las interacciones son pequeñas ceremonias. Dentro del chat existen los premios y castigos mediatizados por el ordenador y complejos rituales que han evolucionado con el objetivo de mantener a los usuarios dentro del mundo de la IRC y regular el uso de la autoridad. El tabú principal es usar un truco computacional para adoptar el apodo de otro usuario. Violar la santidad de los apodos constituye un obstáculo para el desarrollo de la interacción, porque ataca a una de las fuerzas fundamentales que mantiene unida a la cultura de la IRC: una mínima certeza de la identidad de todos los participantes en el discurso. La unicidad de los nombres y el respeto por la integridad de un participante es crucial para el desarrollo de las comunidades en línea, sobre todo en aquellas salas donde se tejen lazos afectivos entre sus integrantes. La utilización de determinados bots es otra de las actitudes rechazadas por la mayoría de la comunidad virtual. Los bots son programas especializados que simulan la presencia física de una persona detrás de la pantalla, anticipando respuestas a determinados nicks de acuerdo a cierta periodicidad de tiempo. Si bien es realmente difícil comprobar la naturaleza de nuestro interlocutor (hombre-máquina), los más experimentados pueden percibir el uso de esta disposición. Por último notamos que el engaño resulta una molestia para aquellas personas que deciden ingresar al chat para confesar sus problemas más íntimos. En el mundo del chat existen conversaciones con un gran contenido terapéutico. En situaciones normales de la vida cotidiana, resulta casi obvio esta aclaración, pero dentro del mundo del chat, en las que se tolera que se brinden ciertos datos falsos como “parte del juego”, resulta útil aclararlo. Estas personas esperan de sus interlocutores un mínimo de seriedad y respeto, en los casos en los que ocurre una falta de atención adecuada podría interpretarse como una violación del ritual de confianza.
El contexto es otro de los factores que influye dentro de un proceso comunicacional. Según la perspectiva psicosociológica, el contexto no sólo hace alusión al marco de una determinada situación, o sea, el espacio y el tiempo de la comunicación, sino también los elementos lingüísticos y para-lingüísticos que delimitan un entorno discursivo entre sus participantes. El IRC, como todo medio de comunicación a distancia, se caracteriza por la ausencia de un espacio físico compartido entre sus participantes en el momento de la comunicación. Esta limitación obliga a los usuarios del chat a utilizar determinados recursos lingüísticos para tratar de establecer un ambiente común. Para tal fin el contexto es recreado mediante la utilización palabras escritas que se encargan de describir cómo los individuos actuarían en una determinada situación, por ejemplo: “X sonríe irónicamente” o “Q se siente ofendido y va golpearlo en la nariz”. Estas descripciones aparecen separadas de las palabras que forman parte del diálogo y se diferencian de acuerdo a las opciones de edición y ubicación brindadas por los diferentes servidores o programas “clientes” de IRC. Por otro lado la falta de un contacto físico, “cara a cara” entre sus participantes planteó la necesidad de crear una simbología universal que expresara los sentimientos y las emociones de los usuarios del chat. Es a partir de ello que surgen los Smileys, una serie de gráficos creados a través del teclado que se encargan de reflejar los diferentes estados de ánimo de los usuarios con el correr del “diálogo”.

:) Sonrisa {:-) Con peluca @= Bomba nuclear
:-) Sonrisa básica :-^) resfrío *:O) Payaso
;-) Guiñando el ojo :-)^ Babeando :-9 Relamiéndose
:-( Enojo :'-( Llorando [:-) Con walkman
:-I Indiferencia :-@ Gritando (:I Cabeza de huevo
:-> Sarcástico :-& Sin poder hablar @:-) Con turbante
>:-> Diabólico -:-) Punk X-( Muerto
(-: Usuario zurdo :-) Dormido :] sonrisa amiga ...
%-) Mareo :-O Roncando :D Risa
8-) Con lentes 0:-) Un ángel :( Triste
B:-) En la cabeza :-D Me río de vos :O Gritando
B-) Lentes oscuros :-X Labios sellados [] Abrazos
8:-) Una niña :-Q Fumando :* Besos
:-{) Con bigotes :-/ Escéptico :* Otra vez Besos
:-{} Boca pintada C=:-) Chef :* Más Besos

“Smileys”
La ausencia de contexto influye en la falta de indicadores personales dentro del IRC. La hipótesis que desarrolla Goffman con respecto a los encuentros cara a cara resulta sumamente provechosa para el caso. Según este autor, los diferentes encuentros cara a cara se encuentran enraizados en ciertas precondiciones universales de la vida social. “Hay una condición de la vida social que se destaca enormemente cuando los individuos están en presencia inmediata de otros, su carácter promisorio e indicativo (…) resulta que la línea de nuestra mirada, la intensidad de nuestra participación y la forma de nuestras acciones iniciales permite a los demás escrutar nuestro propósito e intención inmediata”[4]. Y aclara “toda cultura parece tener un gran fondo de saber y creencia popular sobre indicadores de status y carácter que pretende facilitar la interpretación de las personas. De esta forma, las situaciones sociales parecen estar perfectamente diseñadas para aportarnos pruebas de los diferentes atributos de los participantes”[5]. Dentro del IRC, la ausencia de un marco compartido y las características impersonales de la escritura como medio de comunicación hacen de la identidad de sus participantes una incógnita. A diferencia del resto de los medios de comunicación de la red, el chat no brinda indicios certeros de la subjetividad de los individuos ya que éstos se relacionan entre sí por medio de frases desvinculadas de contexto que nada informan acerca de los atributos de personalidad. La webtelefonía y la videoconferencia, en cambio, establecen un contacto más directo entre sus participantes a partir de la incorporación de la voz y la imagen de los mismos. Si a esto le sumamos la presencia de determinados “Bots” llegamos a la conclusión de que resulta imposible no sólo obtener información acerca de nuestro interlocutor sino también de su presencia detrás de la pantalla. Los individuos, ocultos bajo los “nicknames” construyen diferentes representaciones virtuales que pueden variar de acuerdo a los fines comunicacionales propuestos por cada uno de ellos. El interaccionismo simbólico afirma que el hombre se constituye en su relación o interacción con los otros, considerando cualquier objeto con el que se encuentra con un símbolo que significa o representa la relación de un sistema más general de significado con su particular circunstancia. El individuo conoce y constituye su subjetividad según la propia interpretación de la interacción de sí mismo con los otros, y también de la actuación e interpretación de los otros. Algunos programas de IRC brindan la posibilidad de elegir a los usuarios una serie de íconos denominados “avatares” que los represente frente a la comunidad virtual. El significado de la palabra avatar es similar al concepto cristiano de reencarnación. Un avatar es el descenso de un dios al mundo humano para la prolongación de un período de tiempo de la vida humana.
"Avatares"
Con respecto a los diferentes tipos de indicadores de status, Goffman destaca cuatro a los cuales define como “status difusos”; edad, sexo, clase social y raza. Ellos, según el sociólogo norteamericano constituyen una clave clasificatoria en la que cada individuo puede ser ubicado. Con respecto a la posibilidad de “clasificación” de una persona dentro del chat a partir de estos parámetros esta posibilidad depende única y exclusivamente de lo que nuestro interlocutor decida informarnos al respecto. Una de las particularidades del chat es la falta de estratificación de los individuos a partir de los parámetros sociales habituales. Algunos indicios nos pueden velocidad de las respuestas, la utilización de signos de admiración, mayúsculas y otros elementos escriturales también pueden informarnos “algo” acerca de ellos.
Otro de los puntos a tener en cuenta para el análisis es aquel que afirma que todo proceso de la comunicación está sostenido por juegos. En relación con este punto, Goffman ha demostrado en “La presentación de la persona en la vida cotidiana”, que las interacciones sociales implican una “puesta en escena” de los individuos en la que cada uno busca imponer y defender una imagen valorizada de sí mismo, su “cara-máscara”, que considera como su identidad social. El juego en la comunicación consiste entonces en “hacer un buen papel” o en no perder su cara máscara. Según Goffman “cada uno de nosotros desempeña un rol... Es en estos roles donde nos conocemos mutuamente y a nosotros mismos (...) Nuestra concepción del rol llega a ser parte integrante de nuestra naturaleza y de nuestra personalidad”[6]. Relacionada con la metáfora del juego en la comunicación se encuentra la noción de estrategia, que deriva de la del juego en la medida que su definición puede ser la búsqueda de una satisfacción, una ganancia o un beneficio. En este nivel pueden distinguirse dos grandes tipos de estrategias: aquella que tiende a maximizar los beneficios (imponer su imagen, “brillar en la conversación”), y aquella que consiste en minimizar las pérdidas (guardar una prudente reserva para no cometer torpezas). Para el caso que nos ocupa es importante destacar que el IRC fue inventado como un medio para jugar con la comunicación y hasta el día de hoy éste sigue siendo su uso más popular. El chat es definido por especialistas como un “campo de juego” por que brinda la posibilidad que las personas experimenten diferentes formas de comunicación y autorrepresentación. Dentro de este entretenimiento virtual, existen determinadas estrategias que se utilizan para “brillar” en la conversación. El mecanismo positivo más poderoso de la cultura de la IRC es el reconocimiento de los pares. La habilidad para usar las palabras con el objetivo de crear un contexto mediante la descripción de acciones imaginadas y entornos es una clave del alto status social en la cultura de la IRC. Aquellas personas que tienen más habilidad para crear la ilusión de un contexto compartido son aquellos que son más recompensados con palabras de reconocimiento y expresiones de afecto por parte de sus colegas. Otro de los factores que deslumbran a la mayoría de los participantes es la capacidad de brindar descripciones rápidas y respuestas ingeniosas a sus pares en el curso de la interacción. A falta de indicios certeros acerca de las características de las personas con la cual se está dialogando, uno de los elementos valorados en el mundo de la IRC es la capacidad de los individuos en el manejo de las palabras. El uso del humor y la anticipación de las respuestas son sinónimo de destreza personal y manejo de códigos que predominan en el chat. En relación a aquellos individuos que según la perspectiva de Goffman tratan de no cometer demasiados errores para no dar a conocer su habitual torpeza para desenvolverse, dentro del mundo del chat se observa que algunas personas que no se sienten completamente apreciadas en otras partes de sus vidas, se encuentran con un espacio que, gracias a las características del medio y la posibilidad del anonimato, los ubica en lo más alto de la jerarquía social de la IRC. En este punto existe un concepto fundamental que explica la capacidad de aquellas personas valoradas en el mundo de la IRC, el de “competencia comunicacional” como la capacidad de un individuo de mantener una comunicación coherente, es la actitud que implica el conocimiento de los códigos y de su uso y el manejo creativo de situaciones de comunicación y de reglas implícitas de la sociedad en la que se desenvuelve. El que posee una eficaz competencia comunicacional sabe, posee una “enciclopedia” discursiva, ideológica, retórica, argumentativa, narrativa y hasta mediática.

Algunas palabras finales
La popularización de Internet como sistema de comunicación está revolucionando los hábitos de comunicación tradicionales. En la era de la digitalización, los medios de comunicación interactivos plantean una reestructuración de las formas de interacción entre los individuos que modifican la percepción de nuestros pares y la construcción de nuestra propia subjetividad. El IRC como medio de comunicación virtual inició una nueva etapa en la historia de la comunicación humana, la de la escritura electrónica interactiva. A partir de la popularización de esta particular forma de comunicación, los usuarios de la web tienen la posibilidad de experimentar diferentes tipos de relaciones a partir del uso de la palabra escrita en el ordenador. La ausencia real de contexto sumado a la impersonalidad de la escritura, plantean el establecimiento de nuevos vínculos en los que el individuo pierde su corporalidad en virtud de lo virtual.
Las características propias del medio transforman al IRC en un espacio libre, plural y dinámico. La ausencia de normas y reglas y el ingreso irrestricto de usuarios hacen del mismo un medio público, donde los individuos tienen la posibilidad de jugar con la comunicación y poner en práctica diferentes estrategias comunicacionales. El manejo de la situación comunicacional por parte de los individuos –seleccionando la sala donde desean estar tanto como sus interlocutores- ofrece una alternativa diferente a los medios de comunicación tradicionales, aunque la velocidad del diálogo y la cantidad de participantes hace que la mayoría de relaciones dentro de las salas sean efímeras, fortuitas. En fin, la existencia de este nuevo medio de comunicación que ofrece nuevas posibilidades a los usuarios de PC a la hora de entablar relaciones por la red.

Bibliografía
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[1] Winkin, Yves (1984): “El telégrafo y la orquesta”. En La nueva comunicación. Barcelona: Paidós, p. 98.
[2] Goffman, Erving (1991): “El orden de la interacción”. En Yves Winkin (Comp.) Los momentos y sus hombres. Barcelona: Paidós, p. 188.
[3] Goffman, Erving (1991): “El orden de la interacción”. En Yves Winkin (Comp.) Los momentos y sus hombres. Barcelona: Paidós, p. 173.
[4] Goffman, Erving (1991): “El orden de la interacción”. En Yves Winkin (Comp.) Los momentos y sus hombres. Barcelona: Paidós, p. 175.
[5] Goffman, Erving (1991): “El orden de la interacción”. En Yves Winkin (Comp.) Los momentos y sus hombres. Barcelona: Paidós, p. 186.
[6] Goffman, Erving (1989): “Actuaciones”. En La presentación de la persona en la vida cotidiana. Amorrortu: Buenos Aires, p. 31.

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